Comunicado del Banco Credicoop para sus asociados.
Tras una semana en Buenos Aires, maravillados de lo que allí hemos visto, vivido, y entusiasmados con las gentes que nos han acogido de una forma inolvidable, Maite y yo iniciamos una serie de escritos que tratan de reflejar -tenuemente, lo vivido es mucho más impactante- algo de lo mucho que sus gentes, con enorme generosidad, nos han enseñado. Empezamos por una declaración, que transcribimos, del Banco Credicoop, que nos entregaron en una recepción/comida “protocolar”, que llaman allí, enormemente cálida e interesante.
“Desde su génesis, y a lo largo de su historia, el Banco Credicoop ha dado muestras incontrastables de su coherencia entre entre los principios y la gestión concreta, considerando que existe un vínculo indisoluble entre las acciones comerciales, institucionales y sociales de la entidad. Esta articulación virtuosa transforma a la coherencia en un valor organizacional que nos consolida y fortalece.
[…]
El 19 de marzo de 1979, en plena dictadura militar, el primer Presidente de Banco Credicoop, Nelson Giribaldi, sintetizó el compromiso fundacional de la Entidad expresando: “Asumimos el desafío de demostrar que eficiencia y democracia no son términos incompatibles.” Esta afirmación enfatiza nuestro supuesto de que es factible gestionar eficazmente una gran organización cooperativa preservando las dinámicas participativas de la democracia cooperativa, generando a la vez niveles de calidad en la prestación del servicio capaces de competir eficientemente con los ámbitos privados y orientados al lucro.
A lo largo de nuestra historia tuvimos que atravesar momentos en los cuales se proclamaba el “fin de la historia” y parecía imponerse el individualismo a ultranza.
En esos hostiles contextos sostuvimos junto al IMFC [Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, origen del Banco Credicoop,se trata de una institución de fomento del cooperativismo, con múltiples instituciones culturales, sociales y artísticas de enorme interés, y cuyas instalaciones tuvimos el placer de visitar invitados por los dirigentes del Banco] que “sin solidaridad no hay futuro” y que “otro mundo es posible si la gente lo quiere”, reafirmando la necesidad de concebir nuestra práctica cooperativa como aporte a una visión integral de la sociedad humana que necesita de la cooperación para superar los estadios existentes de injusticia y desigualdad social.
En la actualidad, asistimos a una profunda crisis económica con epicentro en los países centrales y consecuencias globales, que muestran el fracaso de las ideas neoliberales que orientaron la economía, la política y la cultura de las décadas pasadas y pone en primer plano la necesidad de articular proyectos colectivos que coloquen al bienestar de los seres humanos como el objetivo principal de su acción. Se ha calificado a la situación como verdadera crisis civilizatoria.
Frente a estos desafíos, nuestro ideal de futuro recoge los mejores sentimientos del ideario progresista de la humanidad, y pregona que la calidad de vida se conseguirá con una equitativa distribución de la riqueza mundial, la preservación de la diversidad cultural y la capacidad de elegir en libertad el modelo de desarrollo y bienestar. Estas banderas no sólo denuncian el estado imperante en el mundo, sino que ofrecen caminos de soluciones y así pudimos expresarlo en el acto de lanzamiento del “Año Internacional de las Cooperativas” que tuvo lugar en la ciudad de Nueva York, en el recinto de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 31 de octubre de 2011.
A partir de esta cosmovisión de la realidad, sostenemos que la principal base de formación y fortalecimiento cooperativo es la gestión cotidiana, pues las prácticas transformadoras exitosas están sustentadas a su vez por dinámicas virtuosas que sintetizamos en tres conceptos fundamentales: la democracia participativa; la participación plena y pertinente y la integralidadde la labor de todos los miembros de la cooperativa.. Por eso hoy estamos encarando un cambio organizacional profundo, el proceso de instalar progresivamente -hasta convertirlo en un valor de toda la organización- de lo que denominamos Modelo Integral de Gestión.”
Balance Social Cooperativo del Banco Credicoop, junio de 2012
Mientras estaba en la cálida y amable recepción y almuerzo “protocolar” que los máximos directivos del Banco Credicoop nos ofrecieron a Maite y a mí, y en la que nos leyeron parte de esta declaración, no podía dejar de pensar en para cuándo nuestras pacatas instituciones, cobardes ante el discurso dominante, pendientes de lo “políticamente correcto”, temerosas de cualquier desviación de la norma, sean capaces de pronunciar -y practicar- algo semejante. Me temo que, como decía el viejo lobo, “Uhhhhhhh”… Volveré a Buenos Aires…